domingo, 8 de febrero de 2015

¿Por qué si debes tener sexo anal?

Entiendo por qué las mujeres tiemblan ante la idea de que un hombre venga a su puerta trasera, y es que es un acto sexual que sólo se muestra en sitios web para adultos pero nunca en las películas románticas.
Se ha hecho creer que es doloroso y peligroso porque decenas de mujeres tuvieron una mala experiencia con él. Aún más terribles son los artículos ridículos escritos por mujeres que dicen que el sexo anal es la degradación del sexo femenino.
Aquí razones por las que las mujeres deberían tener el sexo anal:
Control natal:
El sexo vaginal hace bebés y el sexo anal, obviamente no. Si no quieren tener hijos en este momento, el control de la natalidad es 99% efectivo con preservativos o anticonceptivos, que con honestidad, pueden disminuir ligeramente la cantidad de placer en el sexo.
Nuestro lado oscuro
El hecho de que tu pequeña puerta de atrás sea vista como “prohibida” y “tabú” hace que ese lado salvaje y oscuro emerja en el dormitorio.
Genera confianza
¿Cómo ayuda la confianza sexual? Seamos realistas. El sexo anal puede ser dañino si no se está lo suficientemente lubricada y relajada.
Los hombres aman tener confianza. Les encanta oírnos decir que sí a sus deseos y poner nuestro placer en sus manos. Así se alimenta su instinto primario de protegernos y naturalmente dominarnos. Además, la confianza es un regalo para ambas partes y crea otro nivel de intimidad, que es algo que siempre queremos las mujeres.
Te sientes poderosa
Es poderoso para hombres y mujeres. Poderoso para los hombres porque dominan y controlan la situación. Poderoso para las mujeres porque someten sus deseos y cuerpo al otro. Y en serio, ¿qué hombre no va a volverse loco y querer más de eso?
Orgasmos intensos
Los orgasmos son un regalo para las mujeres que deberíamos amar. Tristemente, 66% de las mujeres no logran uno de ellos. Las estadísticas sugieren que sólo el 34% disfrutan la experiencia de tener un orgasmo. ¿Por qué?
¿No disfrutamos del sexo? Mujeres, el primer paso para tener un orgasmo es disfrutar del sexo y ver su lado sucio y hot. Por suerte, el sexo anal le permite al hombre manipular el punto G de la mujer desde diferentes ángulos.
Hazlo porque es un acto que te hace sentir como una mujer que se desea y como una chica poderosa en su sexualidad. No como una mujer que se degrada y quiere ser abatida.



sábado, 10 de enero de 2015

Toda mujer tiene algo de puta.

La sociedad se ha convertido en la plaza donde se somete a la mujer al escarnio público cuando decide mostrarse tal y como es, expresando su sensualidad y deseos abiertamente. Puta es sinónimo de prostituta, mujer que cobra a cambio de sus servicios sexuales pero no todas las mujeres cobran. Puta le llaman a aquella mujer que decide pintarse los labios de rojo, que decide usar unas medias de encaje, que decide usar transparencias, que decide usar minifalda, que decide masturbarse, que decide tener sexo sin compromiso, que decide besar a quien le gusta; Pues si estas actitudes son características de una puta, entonces toda mujer tiene algo de puta.

El mundo está ávido de esas mujeres decididas, con personalidad, atrevidas, de mente abierta, mujeres seguras, extrovertidas y llenas de espíritu pero cuando una mujer hace lo que quiere (guardando las proporciones) aparece la doble moral de la que tanto nos quejamos pero hacemos parte; el hombre quiere una mujer que lo satisfaga pero si se comporta sin miedos y con los pantalones bien puestos para decirle al mundo lo que desean es tachada como puta, como un objeto sexual pero ellas también sienten y tienen el derecho a disfrutar de lo que desean y lo que quieren para sus vidas en cualquier ámbito tanto sexual como laboral y familiar.

Los hombres siempre están esperando tener una mujer para mostrar ante la sociedad y nos hemos encargado que la mujer ideal sea una madre abnegada, una esposa sumisa, una hija solapada, esa mujer intachable a la cual jamás se le relacionaría con algún acto carnal y es por culpa misma de las mujeres que el hombre las ha sometido a cumplir esos roles que aún son notorios después de 14 años de transcurrido del siglo XXI, porque muchas por ese miedo a ser tachadas de puta no expresan sus sentimientos y pensamientos libremente. Cada segundo en el mundo una mujer es victima de violencia, abuso o discriminación y aunque no hay ninguna razón valida tal acto, todos, hombres y mujeres deberíamos emprender acciones para que tales situaciones no ocurran mas y permitan la libre expresión de los deseos femeninos ante la sociedad.
Las mujeres de hoy en día no necesitan de un hombre para salir adelante ni para que las mantenga, son mujeres independientes que tienen los mismos derechos y deseos de un hombre y se consideran putas por disfrutar de su sexualidad libremente, pero las mejores putas son aquellas que se valoran más a sí mismas, que son capaces de tomar decisiones en pro de su bienestar, como sacar a un hombre de su vida que no le aporta nada bueno ni la complementa, que deciden acostarse con un hombre porque ellas quieren y no porque un hombre se los impone.

Hombres, valoremos a esas mujeres con personalidad, valientes y decididas a vivir su vida sin tapujos ni miedos a ser juzgadas por sentir y vivir como les plazca, en busca del placer y su satisfacción personal. Mujeres, atrévanse a expresar su sensualidad y sexualidad libremente, vivan con el corazón y sean las mejores putas, llenas de virtudes, deseos, pasiones y sentimientos que no le hacen daño a nadie más que  a sí mismas si no los viven a plenitud.

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martes, 6 de enero de 2015

10 COSAS EN LAS QUE PIENSAN LAS MUJERES CUANDO PRACTICAN SEXO

¿POR QUÉ PIERDEN LA CAPACIDAD DE CONCENTRACIÓN?

¿En qué piensan las mujeres durante el sexo? En ocasiones es complicado entender si realmente están disfrutando, si ese orgasmo era o no fingido o si definitivamente sus mentes están divagando en otros quehaceres.


¿Por qué no suelen decir sus apetencias en la cama, que quieren sacar juguetes, qué postura les gusta o incluso que quieren acabar de una vez porque están agotadas? El psicólogo y sexólogo Raúl Padilla explica que “esta falta de comunicación se debe al estereotipo social de que la mujer es un ser dedicado a dar placer al hombre”. Y ellas quedan en un segundo plano.  

“Lo queramos o no”, continua el experto en sexología, “la sociedad sigue colocando a la mujer en un punto pasivo en el que si expresa su sexualidad abiertamente puede ser considerada como promiscua, como una ramera, vaya”. De ahí que muchas eviten por todos los medios que puedan considerarlas fáciles, demasiado sexuales o muy explícitas. Por eso se callan.

Muchas mujeres evitan por todos los medios que puedan considerarlas fáciles, demasiado sexuales o muy explícitas
Entonces, ¿en qué piensan ellas cuando están manteniendo relaciones sexuales? Lane Moore recoge en Cosmopolitan algunos de los pensamientos más comunes que tienen las mujeres en la cama cuando van a tener un orgasmo o saben perfectamente que, en esa ocasión, va a ser que no.

1. “¿No hay manera de que este chico se agote?”

Mientras los hombres pueden alcanzar el orgasmo en cinco minutos, las mujeres tardan un promedio de veinte minutos. Por suerte, existen posturas que ayudan a que ellos puedan retrasar el orgasmo para que ambas partes alcancen el clímax.

Sin embargo, la resistencia en la cama está sobrevalorada. Esto no quiere decir que exista un tiempo concreto que deba durar el sexo, pero igual que un coito de tres minutos puede dejar la sensación de “para esto ni me quito la ropa”, en ocasiones para ellas puede llegar a hacerse eterno.

Incluso muchas ocasiones las mujeres, como comenta Moore, llegan a pensar para sí mismas en cómo podrían dar carpetazo rápidamente masturbándose con frases como “la masturbación sería una misericordia” o “yo podría llegar en menos de un minuto”.

Esto se debe a que la lubricación de vagina no es ilimitada, y retrasar mucho el acto –sin acompañarlo de lubricantes o excitantes cambios de postura– puede llegar a ser molesto e incluso doloroso.   

2. “Mi ex era muy bueno en la cama”

Determinadas posturas, caricias e incluso comentarios pueden conducir a una reminiscencia de relaciones sexuales anteriores. Un acto inconsciente que hace que las mujeres se sientan mal por recordar de pronto a sus ex mientras practican sexo con otra persona.  

Como se suele decir, las comparaciones nunca son buenas. Pensamientos como “Dios, tuvimos sexo realmente impresionante” sólo conducen a valoraciones inapropiadas y a descentrarte de ese momento íntimo. Cuidado con el gran error: contárselo luego.

3. “Que no se me olvide que mañana tengo que hacer…”

La falta de concentración es bastante común entre las mujeres y deriva en que sus mentes terminen por pensar en cualquier otra cosa mientras practican sexo. Puede surgir como consecuencia de que quizás ella ya haya llegado al orgasmo, que tenga claro que no va a alcanzarlo y se dé por perdida, o el estrés por los quehaceres de la vida cotidiana.

Tratar de volver a meterse en situación no es siempre tarea fácil y se convierte en un reto
Cuando se dan cuenta de que se les ha ido la cabeza a otros menesteres, como comenta Moore, se dicen a sí mismas que qué hacen pensando en el trabajo “¡si está teniendo sexo ahora mismo!”. Tratar de volver a meterse en situación no es siempre tarea fácil y se convierte en un reto: “tal vez sólo tenga que dejar de centrarme y despejar mi cabeza”. Si piensas en blanco, estás pensado en algo: blanco.

Una de las principales dificultades para alcanzar el clímax es precisamente tener que pensarlo: “Al orgasmo se llega anulando el resto de funciones cognitivas. Cuando una se deja fluir, deja de pensar y de repente siente”, explica Padilla.

4. “Podríamos acabar y me voy a ver una serie”

Similar al primer pensamiento planteado, en algunas ocasiones las mujeres aprovechan el mínimo descuido de ellos para terminar con la situación e irse al sofá a ver la tele: “Creo que los nuevos episodios comenzaron esta semana. Ah, y también hay pastel. Podría comer pastel”, ejemplifica con sarcasmo Moore.   

Que él se levante para ir al baño o un cambio de postura en el que se ven liberadas, lleva a sus mentes a pensar lo estupendo que sería que terminasen de practicar sexo en ese mismo momento y ponerse a hacer otras cosas.  

El orgasmo está, como la resistencia, sobrevalorado. El sexo no es sólo alcanzar el clímax, y si de camino a éste te estás aburriendo no tiene demasiado sentido seguir. Sin embargo, muchas mujeres sienten la necesidad de satisfacer a la otra parte y terminan por fingirlos. Aunque tus interpretaciones ya sean prácticamente de Oscar, la solución está en la comunicación.

5. “Quiero tener un orgasmo pero no quiero que esto se acabe”

Del otro lado, están esas situaciones en las que las mujeres se lo están pasando tan bien que, aunque puedan alcanzar el orgasmo en ese mismo momento, retrasan el clímax para seguir disfrutando del placer.

Como decimos, el orgasmo no lo es todo, pero a veces ellas lo retrasan para que el acto no acabe. Claro que no tiene por qué acabar y, con suerte y práctica, incluso podrían tener más de un orgasmo.   

“¿Puedes seguir haciendo lo que estás haciendo durante las próximas ocho horas?”, pensamiento más que positivo que destaca Moore y que podría agradar si se comparte en alto, o generar el peor de los estreses.

6. “Esto es mucho mejor que cuando me masturbo”

Las mujeres que se masturban conocen su cuerpo mejor y saben dónde tocar, qué ritmo llevar y cómo moverse para alcanzar el orgasmo. Por eso cuando practicando sexo se encuentran con situaciones mucho más placenteras incluso pueden llegar a sorprenderse: “¡Esto es realmente mejor que cuando me masturbo! ¿Cómo es eso posible? Estoy muy contenta con haber tenido relaciones sexuales con esta persona”.

En ocasiones, las mujeres imaginan que están en la cama con una persona diferente
Lo que está claro es que pensar en el yo, mi, me, conmigo como ideal sexual, dice bastante de las expectativas que tienen respecto a los encuentros sexuales… La realidad es que las técnicas que aprenden jugando consigo mismas pueden ser mucho más útiles en la cama de lo que piensan.    

7. Pensar en otra persona…

En ocasiones, las mujeres imaginan que están en la cama con una persona diferente. Alguien del trabajo, un hombre que haya llamado su atención a lo largo de su vida o incluso un personaje inventado. Fantasías e imaginaciones que reproducen en sus mentes para concentrarse y evitar pensar en otras cosas –cosas, que no personas–.   

Aunque son conscientes de que pensar en otro hombre no es lo más romántico ni respetuoso del mundo, lo hacen porque saben que así alcanzarán el orgasmo más rápido.  

8. “¿Cómo puedo hacer para sacar mi vibrador?”

Muchas mujeres tienen juguetes sexuales y les encantaría disponer de ellos en la cama para hacer uso de ellos en compañía de otra persona, pero no suelen sacarlos por miedo a que los hombres puedan sentirse insultados o humillados. Él no va a conseguir que ella llegue al orgasmo y tal vez sacando un vibrador se lo pueda tomar a mal.

“Tal vez yo podría empezar dejándolo debajo de la almohada y hacerme la sorprendida de que está ahí, quizás sería menos raro que traerlo”, estrategias que ellas piensan para poder jugar en condiciones.

9. “Sigue haciendo eso, sigue haciendo eso… No, ¿por qué paras?”

“Oh, vamos, claramente estaba disfrutando y ya hice todo lo que podía para indicártelo”, comenta Moore. Pero quizás no siempre se muestra correctamente que no debe cambiarse de postura.

Una vez se encuentra el movimiento adecuado, romper con el ritmo puede hacer que ella pierda el orgasmo
Una vez se encuentra el movimiento adecuado, romper con el ritmo puede hacer que ella no alcance el orgasmo. No lo hagas. Si te dice que sigas así hazlo. Y si no te lo dice, que también puede pasar, trata de interpretar sus gemidos y agarrones para que no dejes de hacerlo.

10. “Sería increíble cambiar de postura ahora mismo”

Ni a todas ni a todos les gustan las mismas posturas. Algunas son especialmente incómodas para las mujeres y ellas pueden estar deseando parar y cambiar de posición. Si no lo dice y –ni opta por no resignarse– sus movimientos pueden ayudar a entender que quiere moverse hacia uno u otro lado.

El problema de visualizar e imaginar lo estupendo que sería cambiar de postura durante el acto, es que, en ocasiones, se centran tanto en pensar cómo podrían disfrutar más que terminan por desconcentrarse y no alcanzar el orgasmo.

La clave está en decir esta boca es mía, pedir y sugerir, para que ambas partes disfruten de las relaciones.




jueves, 1 de enero de 2015

6 Cosas que les encanta a las mujeres en la cama y les da pena admitir.

pORQUE SI NO HABLAS CLARO NO TE PUEDES QUEJAR DESPUÉS.
Muchos hombres tienen un concepto erróneo de lo que les gusta a las mujeres en la cama, lo que hace que al final tanto ellas como a ellos queden frustrados porque, ni reciben lo que quieren, ni saben qué es lo que tienen que dar.
Por su lado, las mujeres en general suelen ser muy reservadas con las cosas que les gustan de verdad en la cama por temor a que las vean como “perras”, pero ¿acaso la idea no es ser unas señoritas en la calle y unas lobas en la cama? ¿Realmente crees que sería divertido tener sexo con alguien demasiado recatado? Y también, ¿La idea de tener sexo no es disfrutar de un momento de placer loquísimo? Entonces, ¿cómo pretendes recibir lo que quieres si no lo pides?
Por aquí ya estaba la versión de este post de lo hombres, y ahora reuní estas 8 cosas que la mayoría de las chamas se tripean demasiado en la cama pero que muchas veces les da pena admitir y lo dejan pasar si el chamo no da la iniciativa (y de nuevo, ilustrado con los pósters de Nynphomaniac porque bueno…lo describen todo):

1.- Nos encanta tenerlo en la boca

No hay nada más genial que ver la cara de placer de un chamo cuando se le hace sexo oral.  Aunque muchos creen lo contrario, las mujeres sí disfrutamos darles este regalito; eso sí, si tienen 2 días sin bañarse y un mes sin podarse, MIRA NO.


2.- Si se vuelven residentes del “piso de abajo” no nos quejamos

Que nos hagan sexo oral una, y otra, y otra, y otra vez… Sí, por favor.

3.- Nies aquí Nies allá, pero llégate

Ese punto entre el “final” de la V y el ano, cada vez que lo tocan es una locura. No sabemos cómo pedirles que se lleguen, pero cuando lo hacen vemos las estrellas.


4.- Maltrátame con cariño

Al contrario de lo que piensan muchos, cuando las mujeres estamos en la cama no queremos que nos traten como unas señoritas. Una nalgadita, un jalón de cabello y unos mordiscos siempre son chéveres, siempre y cuando ellos no se las den de Christian Grey y se pongan animales.


5.- En cuatro es más rico

A muchas les da pena pedir que las pongan en cuatro y no saben cómo tomar la iniciativa ellas mismas, pero esta es una de las posiciones más brutales porque nos hace sentir todo tipo de cosas locas y ricas con más intensidad.

6.- Si te vas a venir, vente encima o avisa

Cuando ese “jugo de hombre” tiene contacto con nuestra piel, bien sea del pecho, del abdomen, o donde sea, la sensación es algo demasiado brutal y las mujeres nos sentimos demasiado poderosas al lograr que ellos lleguen al climax.
Obviamente, el “acábame encima” o “acábame en la boca” no es algo que se le hace fácil decir a todo el mundo, y tampoco somos adivinas para saber el momento exacto en que el hombre “va a llegar”, que es cuando podríamos darle play nuestra movida y “hacer algo diferente con eso”, por lo que, chicos, avisar cuando están “a punto” no es tan mala idea.