lunes, 27 de enero de 2014

LAS FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA

LAS FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA


En nuestro séptimo programa TOPSEXCRET inicié mi intervención acerca de las disfunciones sexuales aludiendo a las fases en las que la sexología divide la respuesta sexual humana; estas son cinco: deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución. Este modelo fue propuesto en 1966 por el doctor William Masters y su esposa Virginia Johnson, sexólogo y psicóloga respectivamente, conocidos por su importante contribución a la ciencia sexológica y pioneros en la terapia sexual moderna. A partir de estas cinco fases no sólo conocemos lo que ocurre en nuestro cuerpo en el momento del sexo sino, además, las distintas dificultades del hombre o de la mujer que obstaculizan o impiden el normal desarrollo de su sexualidad.
Nuestra carismática presentadora, Neelsy Bencomo, me miraba con ojos de extrañeza: “¿Qué es eso de meseta?” –preguntaba-. En la radio, como igualmente ocurre en televisión, el tiempo es oro por lo que expliqué este apartado muy someramente, de modo que seguramente ni a Neelsy, ni a ninguno de los presentes, ni a los oyentes, les quedó lo suficientemente claro. Es por ello que debo explicarme más detenidamente a través de este blog de modo que podáis comprender que es eso de las cinco fases que se dan en la actividad sexual:

1.- FASE DE DESEO: En esta fase previa al acto sexual no se aprecian cambios fisiológicos significativos aunque se desarrollan aspectos psicológicos complejos que tienen por finalidad la consecución de la actividad sexual.
En esta fase se encuadran las disfunciones que tienen que ver con los trastornos del deseo: Deseo sexual inhibido, bajo deseo sexual, ausencia de fantasías o por el contrario la hipersexualidad o adicción al sexo.

2.-FASE DE EXCITACIÓN: Es la fase de los juegos previos y del sexo oral, si este se diera. En este momento nuestro organismo experimenta los siguientes cambios:

En el hombre: Comienza a producirse la erección que cada vez se va haciendo más rígida y hace su aparición el líquido preseminal proveniente de las glándulas de Cowper. El escroto (la piel que envuelve los testículos) comienza a engrosarse y los testículos comienzan a ascender, aumentan el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, la tensión muscular y nerviosa y produciéndose un aumento del tamaño de los testículos.

En la mujer: Comienza la lubricación vaginal y los dos tercios interiores de la vagina se expanden. Los labios externos de la vagina aumentan su tamaño y se retira de la abertura vaginal. Los labios internos se hacen más gruesos y el útero se desplaza hacia arriba. El tamaño de los pechos aumenta ligeramente y los pezones se ponen erectos. El clítoris alcanza un mayor tamaño. En el 50%  de las mujeres aparece el rubor sexual (esto es un enrojecimiento de la piel, especialmente en las zonas del rostro y el pecho). Aumentan el ritmo cardíaco, la presión arterial y la tensión neuromuscular general.                  

En esta fase pueden darse las disfunciones propias de la excitación, la ausencia de erección en el varón y los problemas de lubricación en la mujer, principalmente. El incorrecto o insuficiente desarrollo de esta etapa conlleva los principales problemas en la mujer que dificultan la consecución orgásmica y las sensaciones de dolor en la penetración posterior.

3.- FASE DE MESETA: Es el momento de la penetración propiamente dicho, que se encuadra entre el final de los juegos sexuales previos y el orgasmo.

En el hombre: En esta fase el glande se agranda ligeramente, los testículos ascienden, y puede aparecer fluido previo a la eyaculación. En uno de cada cuatro hombres aparece el rubor sexual (centrado principalmente en la piel del pecho y la parte alta del abdomen), el ritmo cardíaco y la presión sanguínea continúan aumentando (hasta 175 pulsaciones por minuto) y la respiración se hace más superficial y rápida. Se dan contracciones de las glándulas prostática y seminales. Hacia la mitad de esta fase se da un aumento considerable del tono muscular y la agudeza visual y auditiva disminuyen.

En la mujer: Aparece una mayor lubricación vaginal y se produce un aumento de la plataforma orgásmica (se trata del primer tercio de la vagina, la parte vaginal sensible y capaz de percibir sensaciones,  mide alrededor de 13 centímetros, razón por la cual los sexólogos insistimos tanto en que el tamaño del pene no es tan importante pues, si éste mide esta longitud, es perfectamente funcional. Mayor tamaño puede implicar mayor excitación visual, pero no más placer sexual). El clítoris se aparta del capuchón clitorídeo (equivalente al prepucio masculino), los labios vaginales adquieren un cambio de color volviéndose más oscuros, se intensifica el rubor sexual y la aureola (piel oscura que rodea los pezones) se hace más prominente. El ritmo cardíaco y la presión sanguínea se intensifican (hasta 175 pulsaciones por minuto), la respiración se hace superficial y rápida, hay un mayor aumento de la tensión neuromuscular y la agudeza visual y auditiva disminuyen.

Dentro de esta fase encontramos las disfunciones femeninas de vaginismo (sensación de dolor) y dispareunia (cierre involuntario de los músculos vaginales dificultando o impidiendo completamente la penetración). Los problemas masculinos en esta etapa se relacionan con un desempeño sexual inadecuado. En el caso de los eyaculadores precoces no se da esta fase y se pasa directamente de un grado de excitación alto a la eyaculación y el orgasmo.

4.-FASE DE ORGASMO: es la respuesta psicofísica a la tensión sexual acumulada durante todo el proceso, por tanto no es el fin del acto sexual sino el resultado.

En el hombre: Se dan contracciones rítmicas involuntarias en la próstata, vesículas seminales, recto y pene. Los testículos ascienden totalmente quedando muy pegados al cuerpo y poco después tiene lugar la eyaculación. El rubor sexual, si está presente, alcanza su mayor extensión y el ritmo cardíaco, la presión arterial y el ritmo respiratorio se encuentran al máximo (a partir de 180 pulsaciones por minuto). Se da una pérdida del control voluntario muscular y pueden producirse espasmos en las manos, la cara y los pies.

En la mujer: Se inician las contracciones rítmicas involuntarias de la plataforma orgásmica y del útero. El rubor sexual alcanza su máxima intensidad y expansión. Se dan contracciones involuntarias del esfínter rectal. La presión arterial, el ritmo cardiaco y el ritmo respiratorio alcanzan su nivel máximo (a partir de 180 pulsaciones por minuto). Pérdida del control voluntario muscular, pudiendo darse espasmos en los grupos musculares de la cara, las manos o los pies.

En esta fase se encuentran los trastornos de anorgasmia, más frecuentes en mujeres que en hombres, y las disfunciones masculinas que se relacionan con la eyaculación, especialmente la anhedonia eyaculatoria (eyaculación sin sensaciones placenteras) y la eyaculación retardada (dificultad masculina para alcanzar el orgasmo). Eventualmente puede darse la eyaculación asténica, esto es cuando la emisión del semen se desarrolla sin fuerza habitualmente por el debilitamiento del músculo pubocoxígeo (Pc); este tipo de eyaculación no significa patología alguna que deba ser signo de preocupación ni impide la correcta capacidad de fecundación del hombre.

5.- FASE DE RESOLUCIÓN: Se corresponde con las sensaciones subjetivas de satisfacción sexual.

En el hombre: Los signos propios de esta fase son la pérdida de la erección y la vuelta al tamaño normal de manera progresiva del pene y los testículos. Tiene lugar el período refractario, esto es, la incapacidad de tener una nueva erección tras haber eyaculado. Este período es variable y, en general, se hace más amplio con la edad aunque intervienen múltiples factores que se relacionan con el estado de salud, físico y hormonal del individuo. En los más jóvenes (de 16 a 25 años) este período puede ser muy breve o inexistente, mientras que en el hombre que pasa los 45 años puede ser incluso de días.
Desaparece el rubor sexual aunque la tensión neuromuscular puede continuar. El ritmo cardíaco, la presión arterial y la respiración vuelven al estado en que se encontraban antes del comienzo de la fase de excitación. La agudeza visual y auditiva recuperan su normalidad y se percibe una sensación general de relajación.

En la mujer: De cinco a diez minutos después del orgasmo, el clítoris regresa a su posición normal y desaparece la plataforma orgásmica. Pasados entre 10 y 15 minutos los labios vaginales adoptan el tamaño y el color habitual. La vagina, el útero y el cérvix (cuello del útero) regresan rápidamente a su posición de reposo. El rubor sexual y La erección de los pezones desaparecen con más lentitud y puede continuar la tensión neuromuscular con alteraciones en los grupos musculares señalados anteriormente. La agudeza visual y auditiva así como la presión arterial, el ritmo cardiaco y la respiración vuelven a sus estados normales. Predomina una sensación generalizada de relajación.

Los problemas sexuales de esta fase se relacionan concretamente con la satisfacción sexual. La insatisfacción tiene múltiples causas una de ellas es la eyaculación precoz que impide el normal desarrollo de la relación creando insatisfacción en la mujer y un sentimiento de frustración en el hombre. Otras veces la insatisfacción viene dada por el mal desempeño sexual del varón o por no haber dado el suficiente tiempo a los juegos previos (fase 2). En general este esquema es bastante más complejo a la hora de la terapia sexológica pero os puede dar una idea básica acerca de lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando tenemos relaciones sexuales.



                                                          José A. Rojas  @SEXOLOGOROJAS                                   
                                                                 Sexólogo de TOPSEXCRET

                                                                      

No hay comentarios:

Publicar un comentario