miércoles, 5 de febrero de 2014

CÓMO HABLAR DE SEXO CON SUS HIJOS

 La adolescencia es una etapa de cambios físicos, hormonales, psicológicos, sociales y sexuales. Todo esto hace que el adolescente tenga una personalidad especial, a veces marcada por la rebeldía. Hablar de sexualidad con un hijo adolescente, a fin de darle las pautas necesarias, a menudo se hace una tarea difícil o incómoda. Siga las siguientes pautas:


1.- Sea un padre con presencia en la vida de sus hijos: Esto significa que su hijo o hija adolescente responderá con mayor o menor interés dependiendo del tiempo que usted pase con él o con ella. Hay padres que pasan la jornada fuera del hogar y, con el paso de los años, se convierten ante los ojos de sus hijos en unos auténticos extraños. Los hijos deben percibir la cercanía de los padres y el interés por sus asuntos desde que son pequeños. Si usted se ha perdido el crecimiento de sus hijos no pretenda que llegada la adolescencia le tomen en serio. Debe hablarle de sexualidad desde una edad temprana sin esperar a que lleguen a esta etapa o a que tengan su primera pareja.

2.- Elija el momento adecuado: Es mejor hablar de sexo con los hijos demasiado pronto que hacerlo demasiado tarde. El inicio del desarrollo sexual comienza de una forma más marcada en la pubertad o preadolescencia, en torno a los 11 años. Es el momento de los amores platónicos, aquellos amores inalcanzables que no son correspondidos. Aproveche ese momento para instruirlos con una educación sexual adecuada e insista no sólo en la parte sexual-genital de las relaciones sino en todo el aspecto afectivo de las mismas, muchas veces olvidada por los padres.

3.- Supere la vergüenza:  El sentir vergüenza al hablar de sexo con un hijo que todavía tiene mucho de niño es normal y debe aceptarlo pero sin que ese sentimiento se imponga como una barrera. Su hijo o hija necesita que usted le ayude a asumir su sexualidad de una forma natural, necesita sentir su apoyo. Deseche el mito de que hablar con sus hijos de sexualidad a edad temprana es inducirlos a la experimentación sexual. La experiencia de la sexualidad llega a cada persona en su momento independientemente se les haya hablado o no de la materia, pero si se les ha orientado correrán menos riesgos evitando que busquen a terceros que les proporcionen informaciones erróneas.

4.- Elija el tono adecuado: Converse de forma tranquila, no use imperativos. Demuéstrele con sus palabras que confía en él o en ella y que le presupone capacitado para tomar la mejor decisión. Oriéntele acerca de las mejores opciones pero no le prohiba expresamente, recuerde que la prohibición causa mayor tentación. Prohibir es la puerta del deseo y precisamente a esa edad basta una prohibición para que hagan precisamente lo contrario.

5.- Acepte la incomodidad: No hay nada de malo en que los hijos observen los comportamientos más humanos de sus padres y pocas cosas tan humanas como sentirse incómodos.


6.- Tenga en cuenta las formas de sacar el tema: Sentarse cara a cara puede resultar intimidante para el adolescente; puede sentirse presionado y marcharse. Lo más correcto es abordar esta situación en un ambiente relajado donde la mirada directa no les intimide ni tengan opción de evadirse de la conversación levantándose y huyendo. Aproveche un viaje en el coche.

7.- Sea imaginativo: Evite hablarle con fórmulas sacadas de libros y que su hijo no identifique como propias de sus padres. Aproveche a sacar el tema a raíz de la letra de una canción de moda o que le guste, del contenido de una serie, de una película o de un anuncio…

8.- Adapte el lenguaje a su edad y sea claro: Llame a las cosas por su nombre, no disfrace la realidad con comparaciones infantiles, no le trate como un niño.

9.- Haga afirmaciones generales: Si utiliza la fórmula “porque tu…”, su hijo se sentirá atacado de manera directa. Hable en general, a esa edad tiene sobrada capacidad para atrapar las ideas importantes que se le quieran expresar sin necesidad de acusarle. Las preguntas directas sólo servirán para que se cierre a la conversación. Si sabe ganar su confianza acabará por contarle sus vivencias por sí mismo.

10.- Procure que sea una conversación, no un monólogo: Este punto requiere especial cuidado, puede preguntar su opinión sobre temas concretos pero cuide de que el o ella no le perciba curiosidad por conocer sus intimidades. Si identifica, aunque sea erróneamente, que su intención es saber su comportamiento sexual en sus mínimos detalles se cerrará completamente a continuar con la conversación. Igualmente tenga en cuenta que si sólo habla usted lo más normal será que el adolescente “desconecte” mentalmente. Se trata de encontrar el punto de equilibrio.

11.- No de respuestas apresuradas: A no ser que sea usted un experto en sexualidad, es necesario consultar algunas dudas de los más jóvenes para informarles debidamente. Muchas veces los padres se encuentran perdidos ante algunos conceptos o no saben qué enfoque dar a algunas cuestiones. A fin de no ofrecerles informaciones erróneas considere la opción de consultar y más tarde retomar nuevamente la conversación.

12.- Analice el entorno educativo de sus hijos: Recuerde que si usted le ofrece una visión natural de la sexualidad a sus hijos con la finalidad de que la integren en su vida con responsabilidad y con una visión positiva, pero en cambio su escolarización está en manos de colegios y centros educativos de marcada ideología religiosa, el niño o adolescente recibirá ideas contradictorias de modo que pudiera crearle, a medio o largo plazo, ciertos problemas con la propia sexualidad. Si usted decide por convicción educarle bajo las teorías morales de una determinada creencia está en su derecho pero, si no es así, opte siempre por colegios que no postulen una determinada ideología moral.



                                                              José A. Rojas @SEXOLOGOROJAS
                                                                   Sexólogo de @topsexcret

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